Clasificación PG • Cines
El astuto empresario japonés Hideki Sakai (Arata Lura) viaja a Montana para convertir un rancho ganadero en crisis en un centro de cría de una de las mejores carnes del mundo: la Wagyu japonesa. A pesar de que es ilegal criar Wagyu en Estados Unidos para enviarlos de vuelta a Japón, Hideki está seguro de que puede lograrlo. Después de todo, tiene una presentación en PowerPoint.
Su confianza se ve destrozada cuando su experto en Wagyu sufre una conmoción cerebral tras caerse de un caballo salvaje mecánico, lo que obliga a Hideki a renovar el rancho ganadero por su cuenta. Pero Hideki no está en contacto con la cultura occidental ni con los matices del idioma inglés, lo que lo convierte en el hazmerreír de los vaqueros de Montana. Por ejemplo, en la versión japonesa de su presentación, el logotipo de su empresa se traduce como “Vamos a comer, gente”. Cuando da la misma presentación ante un público estadounidense, se olvida de incluir la coma.
A Peg (Robin Weigert), la ruda administradora del rancho, no le agrada el plan extravagante de Hideki, principalmente porque no hay forma de que la cría de Wagyu sea sostenible. El Wagyu se alimenta de maíz, y plantar maíz no parece una opción para el suelo rocoso del rancho.
El tiempo se acaba y la jefa de Hideki, Keiko (Ayako Fujitani), que resulta ser también su prometida, necesita mejores cifras del rancho y pronto. De lo contrario, no tendrá más opción que dejarlo en manos de los desarrolladores.
Sólo Javier (Goya Robles), un ex jinete de rodeo y el encargado del rancho que no tiene un oficio específico, está dispuesto a enseñarle a Hideki los trucos del oficio. Comienza el montaje del entrenamiento de vaqueros.
Detrás del drama sobre el negocio ganadero en crisis, está la historia de la relación entre Hideki y Keiko. Hideki está obsesionado con su trabajo y da por sentado que Keiko también lo está. Debido a sus prioridades distorsionadas, Hideki corre el riesgo de perder la relación y de romper la confianza de Keiko.
Debido a la trama un tanto predecible, la trama tiene un tono al estilo Hallmark, pero la película en general ofrece un poco más de seriedad que otras películas aptas para toda la familia. El camino hacia el perdón no es sencillo, por lo que el final positivo no resulta del todo irreal.
Tokyo Cowboy está clasificada como PG por su lenguaje moderado y por las representaciones de borracheras. Hideki y Keiko nadan en una fuente termal, presumiblemente desnudos, pero la cámara no muestra nada por debajo de los hombros.
Hideki y Keiko tienen una gran química, que es más pronunciada en comparación con lo enlatados que parecían algunos de los otros personajes. Dado que muchos de los personajes son estereotipos de madera, uno se pregunta por qué los vaqueros no llevaban armónicas y escupían tabaco de mascar. La banda sonora probablemente se habría beneficiado de menos solos en el sintetizador, pero ni siquiera la música pudo arruinar los vibrantes planos generales del Big Sky Country.