No es país para quienes dicen la verdad

“Billboard Chris” defiende a los niños de la ideología de género como si fuera su trabajo de tiempo completo, porque lo es.

En 2020, Chris Elston, padre de dos hijos de Vancouver, Columbia Británica, decidió que ya no podía quedarse de brazos cruzados mientras veía a un niño tras otro caer presa de la ideología de género. Así que, dejando atrás un exitoso trabajo en finanzas, emprendió una nueva “carrera”: entablar conversaciones callejeras mientras llevaba un cartel con mensajes concisos. Uno de ellos decía: “Los niños no pueden consentir el uso de bloqueadores de la pubertad”. Otro decía: “Papá (sustantivo): un ser humano masculino que protege a sus hijos de la ideología de género”.

No es de extrañar que, después de cuatro años, Elston se haya convertido en una sensación en Internet. Este héroe del mundo real ahora viaja por el mundo para ganar corazones y mentes, exponer las mentiras de la ideología de género y movilizar a otros para proteger a los niños. Y ha tenido un efecto, tal que las autoridades australianas decidieron utilizar una burocracia gubernamental como arma para censurarlo en la plataforma de redes sociales X.

¿Qué fue exactamente lo que provocó a estos funcionarios? En febrero, Elston compartió una Correo diario
Artículo que critica el nombramiento del activista de la ideología de género Teddy Cook para un panel de la Organización Mundial de la Salud. El artículo explica que Cook promueve prácticas sexuales desviadas, incluidas la bestialidad y el bondage. Elston recurrió a X para afirmar lo obvio: que una persona así no tiene por qué hacer políticas globales sobre salud mental.

Fue entonces cuando el “comisionado de seguridad electrónica” de Australia exigió que X eliminara la publicación de Elston. Con Elon Musk al mando, X se negó. Las autoridades obligaron a X a bloquear la publicación en Australia y ahora X ha presentado una demanda. Elston también está impugnando esta censura en los tribunales, con el apoyo de ADF International en su defensa legal.

Todo el mundo tiene derecho a expresar sus creencias y a tratar de persuadir a los demás. Esta libertad es la base misma de lo que ha hecho libre a Occidente durante tanto tiempo. La censura niega esa libertad, y es especialmente indignante cuando nos impide debatir los problemas más urgentes de nuestro tiempo, problemas que exigen debate.

Hoy en día, una creciente cantidad de literatura científica destaca los peligros de estas intervenciones médicas y advierte que las hormonas cruzadas pueden esterilizar a los jóvenes de por vida, perjudicar el desarrollo cognitivo y erosionar la salud ósea.

La ideología de género es precisamente un problema de este tipo. Ya ha dejado un rastro de destrucción, con miles de niños y jóvenes adultos marcados de por vida, al haberse convertido en pacientes de por vida del complejo médico industrial. Durante demasiado tiempo, el debate sobre la ideología podrida que impulsa este escándalo médico ha sido suprimido. Sin embargo, la ciencia está volviéndose cada vez más clara. Hoy, un creciente cuerpo de literatura científica destaca los peligros de estas intervenciones médicas, advirtiendo que las hormonas cruzadas pueden esterilizar a los jóvenes de por vida, perjudicar el desarrollo cognitivo y erosionar la salud ósea.

Una de las afirmaciones más comunes que escuchamos de los activistas es que la “transición” es necesaria para evitar que la gente se suicide. Esta afirmación es desmentida rotundamente por la ciencia. En 2011, un amplio estudio sueco concluyó que las tasas de mortalidad entre los participantes del estudio empeoraron mucho después de las cirugías de “transición”, con una tasa de suicidio a lo largo de la vida 19 veces superior a la del grupo de control. Además, el año pasado, estudios realizados en Dinamarca y Finlandia analizaron cada uno a más de 3.000 pacientes que se habían sometido a procedimientos de transición, tanto de niños como de adultos, y más de 20 años de registros no revelaron ninguna mejora significativa en los resultados de salud mental.

Más recientemente, una revisión de alto perfil encargada por el Servicio Nacional de Salud inglés concluyó que “la evidencia no respalda la afirmación de que el tratamiento de afirmación de género reduce el riesgo de suicidio”. La misma revisión se hizo eco de las advertencias de que los bloqueadores de la pubertad plantean “riesgos potenciales para el desarrollo neurocognitivo, el desarrollo psicosexual y la salud ósea a largo plazo” entre los niños. Estos hallazgos se publicaron en la Revisión Cass completa. En respuesta, el gobierno británico impuso una prohibición de emergencia de los bloqueadores de la pubertad para menores, que recientemente resistió su primer desafío legal. Como editor de la revista Revista Médica de Boston Concluyó: “Ofrecer tratamientos sin una comprensión adecuada de los beneficios y los daños es poco ético”.

Afortunadamente, Inglaterra no es el único país que ha experimentado este cambio radical. Alemania, Francia, los Países Bajos y Bélgica han experimentado avances positivos en este tema. Aun así, la ideología de género sigue ejerciendo una fuerte influencia sobre ciertos gobiernos. En Suiza, por ejemplo, el gobierno sacó a una adolescente de la casa de sus padres después de que estos se negaran a recetarle bloqueadores de la pubertad. Su escuela, en connivencia con un hospital local, un grupo activista y una agencia de bienestar infantil, intentó “transformarla” contra la voluntad expresa de sus padres, lo que culminó en una batalla legal. La hija, que ahora tiene 16 años, ha vivido en un refugio juvenil del gobierno durante más de un año por orden judicial y se enfrenta a intervenciones físicas que podrían alterarle la vida al margen de la autoridad protectora de sus padres.

Aunque en Estados Unidos todavía no se están tomando medidas tan drásticas, aquí también se están socavando los derechos de los padres. Muchas escuelas ya han hecho una “transición social” entre los alumnos, utilizando nuevos nombres y pronombres en el aula mientras mantienen a sus padres en la ignorancia. Y California ahora ha allanado el camino para aún más “transiciones secretas” con su nueva y espantosa prohibición de las políticas de notificación a los padres.

Dietrich Bonhoeffer dijo una vez: “El silencio ante el mal es en sí mismo un mal”. Ahora es el momento de alzar la voz en defensa de nuestros hijos. Ningún niño ha nacido jamás en el cuerpo equivocado y los niños no pueden consentir el uso de bloqueadores de la pubertad. El mundo necesita escuchar estas sencillas verdades, de boca de Billboard Chris y de todos nosotros. Cuando las ideologías falsas amenazan los cuerpos y las almas de los niños, alzar la voz es nuestro deber sagrado.