El nuevo líder de Hamás

En un anuncio sorprendente pero revelador, la organización terrorista Hamás nombró recientemente a Yahya Sinwar, el cerebro del ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel, como su nuevo líder tras el asesinato de Ismail Haniyeh en un presunto ataque israelí en Irán. Sinwar, de 61 años, pasó la mayor parte de su vida adulta en cárceles israelíes antes de ser liberado en un intercambio de prisioneros en 2011, para convertirse en el líder militar de Hamás en Gaza unos años más tarde.

Ahora no sólo es el líder de Hamás en Gaza, sino el líder máximo del grupo, que controla las alas militar y política.

Esta elección revela que los terroristas han priorizado formalmente la militancia sobre la diplomacia, especialmente porque Sinwar es conocido por ser un líder de línea dura e identificado como un líder “cruel, autoritario e influyente” que tiene “capacidades inusuales de resistencia” y una capacidad para “conducir multitudes”. Esto es evidente ya que no solo dirigió el brutal ataque contra Israel sino que también mostró resistencia a cualquier compromiso en las negociaciones con Israel en los últimos 10 meses.

Su nombramiento como máximo líder de Hamás es una muestra de desafío y un acto de provocación.

En términos de desafío, Hamas está diciendo al mundo que no se rendirá y que la “resistencia” continuará. Contra toda esperanza de paz y de alto el fuego, los radicales eligieron a su ideólogo militante más importante, un tirano que difícilmente aceptaría una posición comprometida, ni siquiera para aliviar la terrible situación de los palestinos. Durante diez meses, Sinwar ha controlado en gran medida las negociaciones con Israel, sin cuya aprobación, incluso si otros líderes de Hamas ceden, no se podría llegar a ningún acuerdo. Además, la elección de Sinwar envía un claro mensaje de “no nos importa” a la comunidad internacional, especialmente ahora que los fiscales de la Corte Penal Internacional emitieron una orden de arresto contra Sinwar acusado de crímenes de guerra por su papel en el ataque del 7 de octubre.

En cuanto a la provocación, la elección de Sinwar para dirigir Hamás es una declaración incendiaria contra Israel. Es el líder más buscado de Hamás, y Israel ha puesto una recompensa de 400.000 dólares por su cabeza. Israel lo hizo precisamente por el papel de Sinwar en la orquestación del ataque sin precedentes que llevó a la muerte de 1.200 personas y a la toma de unos 250 rehenes. Peor aún, es bien sabido que Sinwar está estrechamente vinculado a Irán y cuenta con su apoyo para consolidar y fortalecer militarmente a Hamás.

Contra todas las esperanzas de paz y de alto el fuego, los radicales eligieron a su principal ideólogo militante: un tirano que difícilmente aceptaría una posición comprometida, incluso para aliviar las horribles situaciones de los palestinos.

Pero ¿es realmente una mala noticia elegir a Sinwar para dirigir Hamás?

Sí, sin duda. Esto complicará las negociaciones en dos niveles cruciales, uno con Israel y otro con los propios palestinos, lo que traerá enormes consecuencias.

En primer lugar, la elevación de Sinwar como principal líder de Hamás dificulta cualquier negociación posible con Israel. de modo significativo
más difícil porque es conocido por buscar demandas irrazonables con poco o ningún compromiso.

No lo damos por sentado, pues él ya lo dijo.

En sus primeros mensajes tras convertirse en el máximo líder de Hamás, Sinwar pidió a los mediadores –en su mayoría egipcios y qataríes– que transmitieran a Israel sus condiciones, que incluían una retirada total de Israel de Gaza y un acuerdo de alto el fuego que incluyera la liberación de detenidos palestinos de alto perfil. Rechazó vehementemente el despliegue de una fuerza multinacional en Gaza después de la guerra para mantener la paz hasta que se pudieran celebrar elecciones. Exigió el control total de Gaza sin concesiones.

Si alguien piensa que estas son simplemente tácticas de negociación, espere, porque tiene más.

Es probable que se avecinen días difíciles con un negociador como Sinwar, a quien parece importarle muy poco las miserables circunstancias de su propio pueblo en Gaza.

En segundo lugar, el ascenso de Sinwar genera serias dudas sobre la futura armonía en el seno de la dirigencia palestina, ya que se opone abiertamente a la Autoridad Palestina oficial. Esto es evidente cuando, tras convertirse en líder de Hamás, declaró que se oponía “inflexiblemente” a que la Autoridad Palestina tomara el control de Gaza después de la guerra. Esta posición no es nueva: cuando algunos dirigentes árabes intentaron organizar una reunión de reconciliación entre él y la Autoridad Palestina, Sinwar calificó de vergonzosa esa reunión, diciendo: “Mientras sigan en pie los combatientes y no hayamos perdido la guerra, esos contactos deben terminarse de inmediato”.

El nombramiento de Sinwar como líder de Hamás es una mala noticia para la humanidad, especialmente para los palestinos heridos y que sufren y, sin duda, para los rehenes israelíes. La Autoridad Palestina está abierta a las negociaciones entre dos Estados, mientras que Hamás busca explícitamente la aniquilación de Israel.