Crimen de Graciela Ramos: sigue el juicio contra el acusado

La investigación fue realizada por la Unidad Fiscal de Homicidios I, de Ignacio López Bustos. El auxiliar de fiscal, Guillermo Di Lella, interviene en representación de la UF.

Monasterio está acusado del delito calificado como homicidio agravado por criminis causae para lograr su impunidad y por mediar violencia de género y tentativa de abuso sexual. La pretensión punitiva de la acusación pública es la pena de prisión perpetua.

Los investigadores del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) y el Cuerpo Médico Forense (CMF) del Ministerio Fiscal, prestaron declaración, aportando su conocimiento sobre diferentes puntos de la pesquisa, entre ellos la intervención en la escena del hecho, la autopsia practicada y las pericias genéticas realizadas para lograr esclarecer el hecho.

La pesquisa

El acusado intentó desviar la investigación, al aportar una falsa versión cuando le tomaron declaración. En esa oportunidad, dijo que la víctima y su hijo mantenían una disputa con otras personas en situación de calle por la permanencia en el lugar donde pernoctaban.

El hijo de Ramos y Monasterio habían pasado la noche en el domicilio de este último. Ya en la madrugada, ambos se fueron a dormir. De acuerdo a la investigación, el imputado habría aprovechado ese momento para retirarse a perpetrar el mortal ataque.

Las pericias genéticas fueron la clave. Cuando Monasterio fue detenido por las inconsistencias que presentaba su relato, se realizaron las pruebas de ADN, que dieron resultado positivo.

La acusación

El delito se produjo en la madrugada del 23 de diciembre de 2020. Graciela Ramos, quien estaba en situación de calle, se encontraba en un galpón ubicado en calles Marco Avellaneda y Córdoba de San Miguel de Tucumán. Edgardo Maximiliano Monasterio se hizo presente e intentó abusar sexualmente de ella. Frente a la resistencia opuesta por Ramos, y al no poder lograr su cometido y para obtener su impunidad, pues el nombrado era conocido de la víctima, valiéndose de una relación de superioridad y asimétrica de poder y sometimiento que padeció la víctima por su condición de mujer y su estado de vulnerabilidad, Monasterio tomó un ladrillo que se encontraba en el lugar y, con la intención de causarle la muerte, le propinó un golpe en la cabeza, por lo que falleció, dejando sobre el cuerpo de la víctima evidencias del intento de abuso sexual.

Artículo anteriorCrimen en el Mercofrut: prorrogan la prisión preventiva para «Japonés»
Artículo siguientePampa Mayo: quedó detenido el sujeto que mató a un joven afuera de una fiesta 

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here